sábado, 5 de octubre de 2013



  IMPLANTACION EN EL REVESTIMIENTO UTERINO.

  Unos 6 o 7 días después de la fecundación, el embrión comienza a adherirse  con firmeza en el revestimiento epitelial  del endometrio. Poco después  se sumerge en el estroma endometrial, y su punto inicial de penetración  en esta zona se cierra por el epitelio, de modo similar a una cicatriz cutánea.

La implantación satisfactoria requiere un alto grado de preparación y coordinación por parte del embrión  y del endometrio. La compleja preparación hormonal del endometrio  que comenzó al final del periodo menstrual anterior va encaminada a  proporcionar un ambiente celular y nutricional adecuado a su llegada. La disolución de la zona pelúcida indica  que el embrión está listo para comenzar la implantación.

La primera etapa de esta, consiste en la adhesión al epitelio endometrial de un  blastocisto con un gran tamaño. Las superficies  apicales de las células epiteliales del endometrio expresan, por la acción hormonal, varias moléculas de adhesión como las integrinas, que permiten el proceso de implantación en el estrecho intervalo entre los 20 y 24 días del ciclo menstrual ideal. Por su parte, antes de la implantación, las células  trofoblásticas del blastocisto también expresan moléculas de adhesión en sus superficies. El blastocisto se fija al epitelio endometrial a través de ligandos que actúan como puentes. Tanto estudios in vivo como in vitro han demostrado que la adhesión del blastocisto se produce en el área por encima de la masa celular interna (polo embrionario) , lo que sugiere que las superficies del trofoblasto no son todas iguales.






La siguiente etapa de la implantación  es la penetración del epitelio uterino. En los primates, el trofoblasto  celular experimenta un paso ulterior en su diferenciación, justo antes de entrar en contacto con el endometrio. En el área que rodea a la masa  celular interna, las células derivadas de este trofoblasto celular (citotrofoblasto) se fusionan para formar un sincitiotrofoblasto multinucleado. Aunque solo se aprecia una pequeña zona del sincitiotrofoblasto al inicio de la implantación,  esta estructura pronto rodea todo el embrión. Las pequeñas prolongaciones del sincitiotrofoblasto se introducen entre las células epiteliales uterinas. Después se extienden a lo largo de la cara epitelial de la lámina basal que subyace  al epitelio endometrial para formar una placa trofoblastica algo aplanada. Aproximadamente en un día las prolongaciones del sincitiotrofoblasto comienzan a penetrar en la lámina basal desde la pequeña placa trofoblastica. El sincitiotrofoblasto inicial es un tejido muy invasivo que se expande con rapidez y se abre camino erosionando el estroma endometrial .Aunque esta invasión esta medida sin duda por enzimas apenas se conoce su base bioquímica en los seres humanos .En 10 o 12 días después de la fecundación, el embrión está incluido por completo en el endometrio. Su punto de penetración inicial queda marcada al principio por su área descubierta o tapón acelular y sellado más tarde por la migración de células epiteliales uterinas.

A medida que progresa la fase inicial de la implantación, las prolongaciones del sincitiotrofoblasto invasivo cubren tramos de los vasos sanguíneos endometriales maternos, erosionan las paredes vasculares y la sangre de la madre comienza a rellenar las lagunas aisladas que se han ido formando en el trofoblasto. Las prolongaciones trofoblásticas entran en los vasos sanguíneos e incluso comparten complejos de unión con las células endoteliales. Una vez que las lagunas se han llenado de sangre el trofoblasto cambia de función y ya no es tan invasivo como lo era en los primeros días de la implantación. La salida de sangre del útero en esta fase puede producir un “manchado” que en ocasiones se malinterpreta como una menstruación anómala.

Mientras el embrión perfora el endometrio y algunas celular citotrofoblásticas se fusionan en el sincitiotrofoblasto, las células de tipo fibroblástico del estroma endometrial algo edematoso se hinchan por la acumulación de glucógeno y gotitas lipídicas. Tras  ello, estas células deciduales se adhieren de manera muy apretada y forman una gran matriz celular que rodea al embrión implantado y más tarde ocupa la mayoría de endometrio. Al mi9smo tiempo que se produce la reacción decidua, nombre que recibe esta transformación, los leucocitos que han infiltrado el estroma del endometrio al final de la fase progestacional del ciclo   endometrial secretan interleucina-2 , que evita el reconocimiento materno del embrión como un cuerpo extraño durante  las primeras etapas de la anidación.




Un embrión es antigénicamente diferente de la madre y por tanto debería ser rechazado por medio de una reacción inmunitaria celular similar a la que provoca un trasplante incompatible de corazón o riñón. Parece que una reacción básica de la función decidual es proporcionar un lugar privilegiado desde el punto de vista inmunitario para proteger del rechazo al embrión en desarrollo, pero no se sabe cómo se logra est
o.
No es infrecuente  que un blastocisto no consiga adherirse al endometrio y tampoco se implante. El fracaso de la anidación es un problema preocupante en técnicas de fecundación in vitro cuya tasa de éxito es del 25 al 30%.

ESTADIO DEL DISCO BILAMINAR

Justo antes de que el embrión se implante en el endometrio  al principio de la segunda semana, empiezan a aparecer cambios significativos en la masa celular interna y en el trofoblasto. A medida que las células de la masa celular interna se disponen adoptando una configuración epitelial en lo que en ocasiones se denomina cubierta embrionaria, aparece una fina capa de células en su parte ventral. La capa superior principal de células, se llama epiblasto, y la capa inferior hipoblasto o endodermo primitivo.
No se sabe a ciencia cierta cómo se forma el hipoblasto, pero los datos indican que las células de esta capa se originan por deslaminacion (separación) en la masa celular interna. El hipoblasto se considera endodermo extraembrionario y en última instancia origina el revestimiento endodérmico  del saco vitelino. Recientemente se ha demostrado que una región concreta del hipoblasto anterior del embrión del mamífero, posee la notable capacidad de inducir la mayor parte de la cabeza y el prosencefalo .
Despues de que el hipoblasto se ha constituido en una capa bien definida y que el epiblasto ha adoptado una configuración epitelial , la masa celular interna se transforma en un disco bilaminar, con el epiblasto en su superficie dorsal y el hipoblasto en la ventral.




El epiblasto contiene las células que formaran el embrión en sí mismo, aunque de esta capa también se originan tejidos extraembrionarios. La capa que aparece después del hipoblasto es el amnios, una capa de ectodermo extraembrionario que finalmente rodea a todo el embrión en una cámara llena de líquido denominada cavidad amniótica .Los estudios realizados en embriones de primate indican que se origina en primer lugar una cavidad amniótica primordial mediante cavitación (formación de un espacio interno) en el interior del epiblasto preepitelial, esta cavidad queda revestida por células procedentes de la masa celular interna. Según investigadores, el techo del amnios se abre con exposición a la cavidad amniótica primordial al citotrofoblasto que queda sobre ella. Poco tiempo después (aprox. 8 días después de la fecundación) el epitelio amniótico original vuelve a formar un techo solido sobre la cavidad amniótica.


Mientras el embrión temprano todavía esta anidado en el endometrio (aprox  día 9) las células del hipoblasto comienzan a propagarse, revistiendo la superficie interna del citotrofoblasto con una capa continua de endodermo extraembrionario denominado endodermo parietal. Cuando finaliza la expansión del endodermo, se ha constituido una vesícula llamado saco vitelino primario. En este momento (aprox. 10 días de fecundación), el complejo embrionario constituye el disco germinal bilaminar, que se localiza entre el saco vitelino primario en su superficie ventral y la cavidad amniótica en su superficie dorsal. Al poco tiempo, dicho saco vitelino, primario sufre una constriccion, formando un saco vitelino secundario y dejando un resto del interior.


Unos 12 días después de la fecundación comienza a aparecer otro tejido, el mesodermo extraembrionario .Las primeras células mesodérmicas extraembrionarias parecen proceder de una transformación de las células endodérmicas parietales. Estas células se unen después a otras mesodérmicas extraembrionarias que se han originado a partir de la línea primitiva. El mesodermo extraembrionario es el tejido que constituye el soporte tisular del epitelio del amnios y del saco vitelino, así como de las vellosidades coriónicas que se originan a partir de los tejidos trofoblásticos .El soporte que proporciona dicho mesodermo no solo es de tipo mecánico sino también trófico, debido a que actúa como sustrato a través del cual los vasos sanguíneos aportan oxígeno y nutrientes a los distintos epitelios.



La implantación tiene lugar al final de la primera semana. Las células del trofoblasto invaden el epitelio y el estroma endometrial subyacente con la ayuda de enzimas proteolíticas. La implantación puede tener lugar fuera del útero, por ejemplo en la bolsa rectouterina, en el mesenterio, en las trompas de Falopio o el ovario (embarazos ectópicos)


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